jueves, 19 de abril de 2018

Otro libro sobre botánica escurialense


Aquí hay una editora, Marta Martín Worm, de Cocheras-Coliseo, que se preocupa por el entorno natural de nuestro pueblo, sacando a la luz un nuevo título:


La autora, Sara Rincón, ha publicado ya en esta misma editorial varios trabajos en la misma línea de divulgación botánica escurialense: Paseo botánico por los jardines de la Casita del Príncipe, El Escorial, y Paseo botánico por los Pinares, Árboles singulares, Paseo botánico por los pinares y Paseo botánico por la Herrería, todos ellos de San Lorenzo del Escorial.

lunes, 9 de abril de 2018

La retama se prepara


Sí, amigos, la retama escurialense se prepara para su anual invasión primaveral. Cuando esto digo, 9 de abril, veo por mi ventana que está nevando, hecho poco usual en estas fechas y por estas latitudes, pero muy bien recibido tras un periodo de preocupante sequía. Sin embargo, esta nieve y las frecuentes lluvias que nos están cayendo son esperanzadoras, pues dentro de poco, se avecina la ansiada eclosión primaveral que, a buen seguro, no faltará a su cita anual.
Y este presagio se cumplirá felizmente. Y la retama volverá a ser protagonista invadiendo intensamente las laderas que rodean a nuestro pueblo. Y suponemos que este año lo hará de una forma más dominante que de costumbre y, este año particularmente, todavía más, disfrutaremos de su invasión.
Un gran enamorado escurialense, J. L. Abellán, describe este fenómeno de la naturaleza con estas bellas palabras:

Pero la fuerza y la pasión que esa humilde planta almacena durante el invierno no puede esperar por más tiempo si la primavera llega y no ha tenido ocasión de quemarse en el fuego de los hombres. Es ella entonces la que arde en esa infinita sinfonía de amarillos, inundando el monte de una luz cegadora. La fuerza de la retama es en ese momento imparable y su pasión de vivir florece por encima de todo. No importa lo áspero del terreno o la pobreza del suelo; cualquier sitio es bueno para imponerse con su impulso arrollador. La retama puede crecer en el resquicio de una roca, entre las grietas de un risco, en mitad de un barranco, y, cuando lo ha hecho, su carrera no tiene fin; va escarpando las laderas de los montes y se eleva hasta la cumbre... Pero cuando la retama está en flor no le busquéis competencia; ella sola se yergue con la fuerza avasalladora almacenada durante el invierno y se pone a arder en la infinitud de llamas que son sus pétalos amarillos. Esta sinfonía no dura mucho, porque -si es reina de la primavera- no aguanta los calores de agosto.