viernes, 26 de abril de 2019

Amanecer en San Lorenzo


Sí, es cierto que por culpa de Risco Alto y otros colegas suyos del cordal guadarrameño,  sus cercanas siluetas nos privan de algo tan apetecido, particularmente por los nostálgicos, como son los vespertinos atardeceres. No voy yo a devaluar aquí su indudable aportación estética y su siempre contenido emociónal inseparable. 
Pero, para reparar esa carencia, a los escurialenses la pródiga naturaleza que tan generosamente se comportó con nosotros -y se sigue comportando- nos ha regalado con una no menos valiosa donación; los amaneceres, que en este pueblo son gloriosos.
Nuestro recuesto en las laderas de Abantos favorece topográficamente que seamos de los primeros en disfrutar de la luz del astro rey, de una luz sonrosada como pasada a través de un fino tamiz. Y si crepúsculo se asocia con cierta melancolía y ocaso, no es menos cierto que amanecer en plenitud significa vida, esperanza e ilusión por una nueva jornada.
¿Será esta la causa de la envidiable energía y dinámica que abunda por estos predios?
Pero tenéis que comprobarlo vosotros mismos y es muy fácil. Poner el despertador media hora antes del amanecer solar que corresponda a ese día y acercaros al Parque de Terreros, y desde su mirador hacia la llanura, preparados a contemplar un espectáculo sorprendente.
Aunque os lo recomienden muchos paisanos, tenéis que comprobarlo con vuestros propios ojos. Tan solo como acicate, os adjunto el video que hemos preparado para esta ocasión.


lunes, 26 de noviembre de 2018

Arde la Herrería


Cada Noviembre, la Herrería se viste de ocres, dorados y bronces. Las tonalidades son incontables y el esplendor se adueña del paisaje escurialense.



Después, las hojas van cayendo y los árboles se desnudan. Pero los arroyos comienzan a correr y la vida se renueva,

jueves, 19 de abril de 2018

Otro libro sobre botánica escurialense


Aquí hay una editora, Marta Martín Worm, de Cocheras-Coliseo, que se preocupa por el entorno natural de nuestro pueblo, sacando a la luz un nuevo título:


La autora, Sara Rincón, ha publicado ya en esta misma editorial varios trabajos en la misma línea de divulgación botánica escurialense: Paseo botánico por los jardines de la Casita del Príncipe, El Escorial, y Paseo botánico por los Pinares, Árboles singulares, Paseo botánico por los pinares y Paseo botánico por la Herrería, todos ellos de San Lorenzo del Escorial.

lunes, 9 de abril de 2018

La retama se prepara


Sí, amigos, la retama escurialense se prepara para su anual invasión primaveral. Cuando esto digo, 9 de abril, veo por mi ventana que está nevando, hecho poco usual en estas fechas y por estas latitudes, pero muy bien recibido tras un periodo de preocupante sequía. Sin embargo, esta nieve y las frecuentes lluvias que nos están cayendo son esperanzadoras, pues dentro de poco, se avecina la ansiada eclosión primaveral que, a buen seguro, no faltará a su cita anual.
Y este presagio se cumplirá felizmente. Y la retama volverá a ser protagonista invadiendo intensamente las laderas que rodean a nuestro pueblo. Y suponemos que este año lo hará de una forma más dominante que de costumbre y, este año particularmente, todavía más, disfrutaremos de su invasión.
Un gran enamorado escurialense, J. L. Abellán, describe este fenómeno de la naturaleza con estas bellas palabras:

Pero la fuerza y la pasión que esa humilde planta almacena durante el invierno no puede esperar por más tiempo si la primavera llega y no ha tenido ocasión de quemarse en el fuego de los hombres. Es ella entonces la que arde en esa infinita sinfonía de amarillos, inundando el monte de una luz cegadora. La fuerza de la retama es en ese momento imparable y su pasión de vivir florece por encima de todo. No importa lo áspero del terreno o la pobreza del suelo; cualquier sitio es bueno para imponerse con su impulso arrollador. La retama puede crecer en el resquicio de una roca, entre las grietas de un risco, en mitad de un barranco, y, cuando lo ha hecho, su carrera no tiene fin; va escarpando las laderas de los montes y se eleva hasta la cumbre... Pero cuando la retama está en flor no le busquéis competencia; ella sola se yergue con la fuerza avasalladora almacenada durante el invierno y se pone a arder en la infinitud de llamas que son sus pétalos amarillos. Esta sinfonía no dura mucho, porque -si es reina de la primavera- no aguanta los calores de agosto. 




viernes, 7 de julio de 2017

San Lorenzo, pueblo y monasterio


En pocos pueblos españoles se hermanan tanto la historia, los monumentos y el paisaje, Aquí, la historia habla por sí sola, el monasterio es una singular maravilla reconocida universalmente y el paisaje que lo arropa nos ofrece dos variedades bien diferenciadas, pinar y bosque mediterráneo. Hasta el diseño urbano tiene el sello del siglo XVI que le dio su valiente promotor, el rey Carlos III.  
Por ello hemos querido sintetizar en un vídeo la suma de todas estas peculiaridades, difícil tarea para tan corta duración,


viernes, 31 de marzo de 2017

Primavera 2017



A Cruz y Manolo

De repente, como queriéndonos sorprender con ese renacer en forma de presente anual, has llegado para alegrar nuestros ánimos algo decaídos tras el aburrido letargo invernal. Ya sé que esa es una de tus misiones, quizás la principal y la mas apetecida, la de reconfortarnos comprobando que la vida sigue, que las plantas y los pájaros reviven y que todo fluye hacia una nueva esperanza.
Y por fin, aquí estás, con nosotros, que estamos ávidos de degustar hasta el fondo tus destellos, tus aromas y hasta tus sonidos inigualables.
Es verdad que no te sueles caracterizar por tu puntualidad; llegas cuando quieres, cuanto te viene bien o cuando te mueven los designios de la misteriosa meteorología. Te gusta hacerte de rogar, hacerte la deseada para convertirte en algo importante en nuestras vidas. Y no vamos a echarte en cara esa veleidad de fémina porque nos damos cuenta de que es inseparable de tu esencia.
Te percibimos desde el primer momento en que, al asomarnos al muro del jardín de los Frailes, en el paseo de África, nos vemos inundados por el albo reflejo floral de los almendros que, sin previo aviso, se han vestido de gala para anunciarnos tu llegada.
No sé muy bien cómo calificar tu advenimiento: irrupción, invasión, desembarco, intrusión,… en definitiva cualquier palabra que implique un súbito hallazgo, una aparición dulcemente violenta, un cambio imprevisto. Y así, de repente, te metes dentro, en nuestros sentidos, en nuestra vista y en nuestro olfato, nos alteras nuestra sensibilidad y nos conmocionas. No te podemos comparar con las otras tres estaciones hermanas porque, simplemente, tu eres la que significas vida para todos nosotros. Y esa es la gratificante dádiva con la que nos compensas cada año.
Pero eres algo casquivana; cuando ya creemos que te poseemos, que estas entre nosotros y empiezas a tintar de verde y blanco el paisaje que nos envuelve, entonces das un respingo, desapareces y cedes ante el frío y los céfiros invernales que vuelven a ser los dueños de la situación. ¿Será que, por ser mujer, nos vendes cara tu presencia? ¿Será que, bajo una larvada coquetería, pretendes que, por unos días, te echemos en falta?  
El filósofo dijo que el hombre sabio ama el campo. Si ello es cierto, con más razón amará la primavera, pues ella es la que engalana los escenarios campestres llevándolos hacia la sublimación y hacia el éxtasis cromático.
No se me ocurre mejor forma de agradecer tu llegada que recitando los versos del poeta:

Hoy tu alegre zalema el campo anima,
tu claro verde en yemas guarda,
fundida irá la nieve de la cima
al hielo rojo de la tierra parda.

Sí, ya sabemos que tu estancia con nosotros será efímera como cada año, y bien lo lamentamos.
Y es que cuando pase tu fulgor, la tierra se volverá otra vez parda, tú te habrás ido ya pero no importa, siempre nos quedarán la visión de tus tonalidades rabiosas y el perfume de tus tallos tiernos.   

jueves, 16 de febrero de 2017

Tras la lluvia

Parecía que el anticiclón invernal de este año no nos iba a abandonar nunca.
Por fin, han llegado las deseadas lluvias y la presa del Batán y los arroyos cobran nueva vida. 


jueves, 18 de agosto de 2016

Dos nuevos libros sobre la botánica escurialense


Aparecen dos nuevos libros que tienen que ver con el paisaje escurialense, esta vez visto desde el lado botánico. De nuevo la editorial Librería Cocheras-Coliseo nos facilita el acercamiento al entorno natural de este pueblo, con estos dos títulos de su colección Cuadernos Cocheras-Coliseo, cuya autora es Sara Rincón:


El Nº 5 se centra en dos paseos por las laderas del monte Abantos, fundamentalmente pobladas por pinos, pero en las que también abundan otras especies arbóreas y de matorral. 


Aquí se nos identifican y se describen los numerosos árboles singulares por su especie, por su tamaño o por su historia, que crecen por este pueblo y sus alrededores históricos. Es una más de las formas que tenemos de aproximarnos y reconocer el privilegiado entorno natural que disfrutamos en San Lorenzo.
Agradecimiento a la editora, Marta Martí Worm y, por supuesto, a la autora Sara Rincón, por estos trabajos que nos aproximan un poco más a la generosa naturaleza que nos rodea. 

sábado, 4 de junio de 2016

Por la Cañada Real Leonesa


Hemos colgado el paraguas y, nada mas comenzar este mes de junio, nos hemos puesto a caminar por la Cañada Real Leonesa. Y así hemos tomado el pulso a esta primavera que se estaba haciendo de rogar.
Y las jaras en flor nos recibieron con una visión esplendorosa.


Estaban allí esperándonos, con su elegancia, su tenue aroma y su porte inigualable. Pero no podíamos llegar tarde a la cita, porque, como tantas otras cosas bellas, son efímeras. Tras las lluvias, con los primeros soles, se abren generosamente, dejan a los insectos que liben sus néctares, nos regalan su hermosura y, enseguida, empiezan a arrugar su grandes pétalos blancos, que terminan pronto por caer al suelo.

Y mientras tanto, el monasterio juega con nosotros un intrigante y casi infantil escondite, apareciendo y desapareciendo.


Lo efímero de vuestra presencia en la primavera escurialense os hace algo esquivas a nuestras miradas; por eso disfrutamos de las flores de jara con avidez, con intensidad, casi con prisas, antes de que se vuelvan a escapar otra vez, no sabemos muy bien a donde.


sábado, 10 de octubre de 2015

Un buen gurriato vuelve a escribirnos


José María Suárez nos dejó ya hace dos años, pero ahora podemos volver a deleitarnos con su entrañable prosa poética gracias a esta nueva edición de su libro "Rincones escurialenses"

domingo, 15 de marzo de 2015

Repoblación Forestal en San Lorenzo (1892-1914)

(Resumen del articulo publicado en la revista Apuntes de la Sierra, abril, 2015)


La localización de la Escuela Superior de Montes en San Lorenzo de El Escorial durante 45 años es un capítulo poco conocido de nuestra historia, sobre todo si se pone en la perspectiva de las repercusiones tan beneficiosas que de ella se derivaron para este pueblo.
Una de ellas, con mucho la más destacable, fue el proyecto de reforestación de nuestros montes, ingente tarea que ocupó durante 22 de esos 45 años a los profesores y alumnos de la Escuela y a las gentes “gurriatas” en la labor de profunda transformación de nuestro paisaje.
Porque el aspecto y la frondosidad de los montes escurialenses no fueron siempre como los que ahora disfrutamos. Así lo atestiguan algunas de las fotografías de finales de siglo XIX y también algún que otro cuadro de paisajistas de principios de siglo, mostrando una visión descarnada de las laderas de Abantos. 
Efectivamente, el primitivo bosque se había ido deteriorando paulatinamente por efecto del aprovechamiento para pastos, del excesivo carboneo, de la incesante tala para aprovechamiento maderero y de los crueles incendios.
Pues bien, aquel continuo proceso degradante de siglos se detuvo gracias al providencial asentamiento de la Escuela aquí, en el año 1869, concretamente en la calle de Floridablanca, en la primera Casa de Oficios. Y aquí permaneció hasta 1914, fecha de su traslado a Madrid.
Desde el mismo momento de su establecimiento aquí, ya estaba en el ánimo de los profesores de aquella institución la que sería una de sus misiones más inmediatas: la recuperación de la fronda que debieron tener en épocas anteriores las laderas del Barranco de la Cabeza y de Abantos.


La Escuela solicitó la cesión del monte da la Jurisdicción con el fin expreso de proceder a su repoblación. Posteriormente, a instancias de Alfonso XIII, se añadieron la dehesa de La Herrería y el monte del Romeral. 
En medio de las tensiones derivadas de la cesión de los terrenos, surgió la providencial figura de un profesor de la Escuela, don Miguel del Campo Bartolomé, (1862-1934), nacido en San Lorenzo y gran amante su pueblo, del que llegó a ser Alcalde. Desde el comienzo él fue uno de los primeros impulsores del proyecto.
El punto de arranque para la ambiciosa tarea de reforestación fue la publicación de un documento en 1892, redactado por el mencionado Miguel del Campo, que pronto se constituyó en la punta de lanza de un plan que contemplaba una exhaustiva plantación en los terrenos de la Jurisdicción y el Romeral. 
A pesar de que, al parecer, el roble melojo había sido la especie autóctona más extendida por estos predios, se eligieron inicialmente el pino rodeno y el pino silvestre, considerado este como más resistente. Para la ejecución de los trabajos, además del vivero propio de la Escuela situado en la Casita del Infante, se puso en marcha otro vivero en el lugar denominado Los Llanillos, situado al final del camino Blanco, a 1300 m de altitud, donde se levantó también una vivienda para el guarda y un almacén de utensilios, justamente próximos a un viejo olmo y a un fresco manantial. Posteriormente se añadió otro vivero en la vereda de los Gallegos, cerca del manantial del Trampalón.
  

                                                                   Inauguración oficial del proyecto

La inauguración oficial del plan tuvo lugar el 25 de abril de aquel año de 1892, efectuándose en presencia de las autoridades las primeras plantaciones de árboles en la fuente de la Teja que, después, se convertiría en un símbolo de la repoblación, recibiendo el nombre de Parque de Miguel del Campo, en agradecimiento a aquel escurialense que felizmente había promovido tan fecunda iniciativa. Allí se plantaron testimonialmente para ornato del lugar algunos chopos, tilos, arces, abetos, rebollos, robinias, pinos y castaños que todavía están en pie.
Luego, se fueron plantando mayoritariamente el pino pinaster, rodeno o negral. Pinus pinaster. L. y el pino silvestre, albar o de Valsaín Pinus sylvestris L, quedando el primero destinado a la franja de menor altitud, y el silvestre para las zonas más altas. Para esta repoblación se sirvieron alternativamente de siembras y plantaciones.
Según iban avanzando las plantaciones, se vio la necesidad de ir abriendo una red de caminos y veredas que facilitasen los transportes, unos horizontales y otros verticales en zig-zag, malla densa que aun hoy disfrutamos y que tiene como arteria principal el camino Blanco o segunda Horizontal.
La inexperiencia en este tipo de extensas repoblaciones, las plagas, los ensayos con diferentes tipos de semillas, la comprobación de la aclimatación de las especies y los desequilibrios climáticos de esta zona representaron un sinfín de contratiempos que se fueron superando gracias a la decidida voluntad de los profesores de la Escuela.
Finalmente la empresa concluyó en el año 1914, año que, por otra parte, resultó nefasto para el pueblo de San Lorenzo debido al inesperado y polémico traslado de la Escuela a Madrid. La sinfonía otra vez quedó incompleta pues faltaba la reforestación de las laderas de la Machota, del San Benito y de Risco Alto.